El diseño y la construcción de un establecimientos debe realizarse de acuerdo con las necesidades e indicaciones del promotor, cuidando su sostenibilidad económica, el medio ambiente y el bienestar social
Vitrubio escribía en el año 15 a.C. que en ciertos edificios públicos deben exhibir las tres cualidades de firmitas, utilitas, venustas; es decir, deben ser sólidos, útiles, hermosos. Hoy día, la solidez se garantiza con las exigencias de normativas de obligado cumplimiento; la belleza con la profesionalidad de los diseñadores y la utilidad con la buena definición del encargo y la experiencia del proyectista.
El proyecto de un establecimiento penitenciario exige tanto los conocimientos técnicos y estéticos de los profesionales de la arquitectura, como de los principios básicos de una actualizada ciencia penitenciaria que evoluciona continuamente. La conjugación de ambas especialidades permite diseñar instalaciones que cumplan adecuadamente los criterios de utilidad.
El calentamiento global del planeta, denunciado por los científicos en el último tercio del siglo XX, nos obliga a añadir una nueva cualidad a las tres anteriores: la sostenibilidad.